1. GALLETAS, PAPAS FRITAS Y ALIMENTOS REFINADOS.
Bloquean las arterias, aumentando las concentraciones de lípidos y el colesterol malo en la sangre y la reducción del colesterol bueno. Promueven la inflamación y altos niveles de proteína C-reactiva (PRC), un marcador de riesgo cardiovascular producido por el hígado y por las células grasas (adipocitos), relacionado con el infarto de miocardio, el ictus y otros ataques agudos cardiovasculares.
2. CARNES PROCESADAS Y ALIMENTOS ENLATADOS.
Están sometidos a procesos de conservación que implican grandes dosis de sodio y conservantes. El nitrato de sodio y nitrito afecta a los vasos sanguíneos, haciendo que las arterias se endurezcan y se estrechen.
3. REFRESCOS LIGHT.
Reemplazar las bebidas azucaradas por su versión light parece una solución inteligente para mantener el peso adecuado, pero resulta que este tipo de refrescos aumentan las opciones de sufrir un derrame cerebral. Las personas que toman una bebida gaseosa (dietética o light) aumentan hasta en un 48% su posible riesgo de accidente cerebrovascular. Según un estudio de la Universidad de Columbia.
Las mujeres que consumen una gran porción de carne roja cada día aumentan en un 50% las posibilidades de sufrir un accidente cerebrovascular. El porcentaje es tan alto que asusta, pero se trata de un estudio sólido y veras. Las grasas saturadas de la carne roja obstruyen las arterias debido a una acumulación de placas de proteína.
5. SOPAS DE SOBRE Y ALIMENTOS PREPARADOS.
La dosis de sodio, conservante, saborizantes e inodorizantes que contienen los alimentos congelados, precocinados, enlatados y demás envases suponen un peligro real para la salud, sobre todo en los procesos cerebro – vasculares.
Fuente: BBC
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